EL GRAFFITI

EL GRAFFITI
La pintura en spray que practican múltiples "graffiteros" visten los muros y paredes de las ciudades de Europa y América. Algunas pinturas plasmadas en los graffitis acaban convirtiéndose en verdaderos ICONOS de nuestro siglo.
El "Graffiti" puede llegar a convertirse en un verdadero arte cargado de frescura y espontaneidad. La pintura iconográfica y el muralismo artístico (pinturas murales) pueden encontrarse también dentro del arte graffitero.
Sobre lienzos, instalaciones e incluso esculturas, el graffiti y los artistas urbanos encuentran su espacio dentro del arte contemporáneo.
Graffiteros de todo el mundo son expertos en el manejo de espacios y los grandes volúmenes y en la aplicación de aerosoles acrílicos, válvulas, rodillos y pinceles a grandes paredes.
Algunos ilustres artistas urbanos como los estadounidenses Basquiat, Keith Haring y Shepard Fairey o el británico Bansky recurrieron al spray para dar expresión a su arte.
El arte del aerosol siempre cumple algunas de las reglas básicas del graffiti:
Ser original, ser diferente (fresco y espontáneo al transmitir un lenguaje de la calle), ser directo y en constante transformación (evolución).
Por otra parte, el ayuntamiento de la localidad de Leganés (Madrid) ha creado un espacio/museo del graffiti. El objetivo es que se reconozca la capacidad creativa de los artistas del graffiti y se valore sus elementos artísticos.
Algunas personas le tienen pavor; otras no lo entienden y otras más lo borran. El graffiti es una forma de expresión poco entendida y muchas veces satanizada.
También hay muchos jóvenes que por falta de conocimiento rayan las paredes sin ningún sentido. Esto le da aun una peor imagen a los demás graffiteros, quienes pretenden hacer arte.
Parece que todo se opone a esta forma de expresión cultural. Pero si todas las partes de la sociedad trabajan con los jóvenes que practican este tipo de pintura y se acercan a ella, pueden cambiar la situación del graffitero y tal vez el punto de vista de la gente ante esta forma de expresión. Dejar de ver rayones en la pared y entender los gritos de los jóvenes en este país.
Hace algunos años, las calles de las principales ciudades del país se vieron inundadas de color, aerosol y letras que a simple vista carecían de sentido, cada vez era más común encontrarse con figuras, iconos o representaciones graficas de algunos de los personajes políticos ó ideológicos más importantes del mundo.

Desde la década de los 60, la mayoría de estas expresiones fueron censuradas, criticadas e incluso llegaron a penalizarse, así nació el carácter vandálico que ha caracterizado desde sus inicios al graffiti, el esténcil o las expresiones que de allí nacieron.

En nuestro país, la situación no fue diferente hasta que el 2006 la Alcaldía de Bogotá creó el programa Muros Libres, un espacio en el que los jóvenes podían pintar las calles sin miedo a ningún tipo de represarías o censura.

Con este tipo de espacios, los artistas urbanos tuvieron la posibilidad de crear la primera Galería Urbana de la ciudad a través de una manifestación cultural, social y comunicativa que hoy en día convoca a muchos jóvenes a lo largo del país y con la que se han creado diferentes grupos, organizaciones o colectivos dedicados a difundir y practicar el arte grafico callejero.

Excusado Print System Toxicómano son dos colectivos que por años se han dedicado a fortalecer lo que se conoce dentro del medio gráfico como el esténcil, una de las técnicas más populares para realizar este tipo de expresiones artísticas. Consiste en crear una plantilla recortando una imagen sobre una hoja de papel duro, para calcarla con pintura ó aerosol.
EL TAG Y EL GRAFFITI
La traducción de la palabra inglesa tag es "placa o etiqueta". Los tagers, tageros, o plaqueros son aquellos individuos que sólo pintan palabras, letras o mensajes. No realizan murales, simplemente se dedican a "rayar" las paredes. El  tag es el nombre que adoptan para identificarse y ser conocidos dentro de los círculos de sus compañeros. Son rebeldes que, al parecer, sienten la necesidad de representarse a sí mismos marcando su territorio con un seudónimo. No manejan ningún tipo de regla ortográfica, e incluso llegan a inventar sus propios códigos y tipos de letra.
El  graffiti (para la cultura hip-hop) es el mural hecho con pintura en aerosol, en el cual se representan las frustraciones y la inconformidad por la injusticia en todos sus planos. Por lo general utiliza colores vivos como el rojo, el amarillo, y el azul. Los graffiteros son los artistas de la calle y sólo usan el tag para firmar sus obras. Ellos mismos consideran vándalos a los tageros pues, en su opinión, "sólo se dedican a destruir y no a crear".
Los graffiteros y tageros se unen en las llamadas bandas ("crews", en inglés), las cuales parecen ser la sustitución de la vieja palomilla del barrio: son una nueva tribu urbana.
Las crews tienen una organización definida con un líder, que es el que decide cuándo y dónde se pinta. Por lo general es el mayor y más hábil con el aerosol. Tienen una lista de todos los miembros de la banda llamada roll-call, en la cual cada uno pinta su tag y se compromete con su crew.

EL GRAFFITI Y EL ESPACIO

Para un graffiti no es lo mismo una pared que otra: el juego con la superficie en la que se despliega el mensaje reviste una carga de sentido importante. Así, el mensaje en el graffiti es particularmente indisociable de su lugar de inscripción (pared, puerta, tren, etc.), que gravita en su carga significante. El autor material puede a veces apropiarse simbólicamente de la pared elegida, como se observa cuando al lado de una pintada (generalmente sucede con las pintadas políticas y sindicales de grandes dimensiones) la inscripción: “a esta pared la cuida” seguido del nombre de un grupo barrial o político.
También hay signos indiciales relacionados con el desplazamiento en el espacio que remiten del plano del enunciado al plano de la enunciación. Por ejemplo, la presencia de pintura corrida o chorreada en la vereda o una palabra inconclusa tienen valor indicial, ya que indican una huida precipitada, o la dirección que tomo al retirarse el autor del graffiti.
Además, el espacio de inscripción del graffiti lo vincula a un ámbito geográfico también en sentido más amplio, ya que los datos relacionados con la variedad de lengua utilizada en el enunciado, el léxico y la referencia a determinada realidad, merecen diferentes lecturas en relación con ese contexto espacial de inscripción. El mensaje graffiteado está materialmente vinculado a una ciudad y una historia: pese al fantasma de la globalización, los graffitis de Buenos Aire o Colombia difieren de los de Madrid o París. En los mensajes de la pared no sólo aloran las diferencias entre idiomas sino también variedades dialectales.

 RECURSOS EXPRESIVOS DEL GRAFFITI

La naturaleza dual del graffiti, vinculada a la escritura y al mismo tiempo a la pintura, es la clave de su riqueza expresiva. A las significaciones del mensaje verbal se suman el funcionamiento simbólico de la letra y los agregados icónicos o indiciales, el trabajo con el significante de la escritura y la carga semiótica del material gráfico no verbal, el color y la forma.
El signo icónico presenta en alguna medida un replica visual, auditiva o de otra variedad perceptual de aquello a lo que remite. Sus cualidades se asemejan de alguna manera a las del objeto permitiendo establecer algún tipo de analogía. Los dibujos, los diagramas, planos y esquemas son por lo general icónicos; las metáforas y las comparaciones suelen presentar algún grado de iconicidad.
En cambio el signo  simbólico no tiene un vinculo natural con el objeto representado, la conexión se establece solo en virtud de convenciones que resultan de un hábito colectivo.
Todo proceso semiótico (ya sea de índole simbólica o icónica) posee una capacidad específica para producir significaciones, pero no produce su efecto de sentido en forma aislada de los demás. Así, la escritura incorpora en el plano de la forma las potencialidades expresivas de la imagen, articulándolas a los significados de la expresión verbal: un signo icónico puede reforzar las significaciones simbólicas de las palabras, y simbólicos pueden aparecer integrados en un mismo signo. Además, hay que tener en cuenta el uso del espacio y las relaciones proxémicas (es decir con el entorno físico), que también cooperan en la construcción del significado.

 GRAFFITI Y PUBLICIDAD

Las imágenes cambiantes del decorado urbano se despliegan en una sucesión de mensajes fragmentarios de índole variada. Alternando con los carteles comerciales que buscan atraer las miradas con procedimientos visuales y verbales diversos, los graffiti constituyen un contrapunto que desestabiliza la homogeneidad de los discursos preconizados en los mensajes publicitarios.
El graffiti por su esencia no comercial irrumpe como un contradiscurso de espacios tomados con una intención social comunicativa radicalmente distinta: mientras que la publicidad interpela a un consumidor, el discurso graffitero interpela a otro tipo de destinatario, instituyendo otras prácticas de lectura y escritura.
La diversidad esencial entre graffiti y publicidad no impide que la intertextualidad se manifieste, por ejemplo cuando la publicidad copia el estilo del graffiti para lograr sus fines, o cuando el graffiti reelabora un slogan publicitario con fines de ironía o burla, o genera sus propios slogans copiando el estilo de los publicistas.
Además, junto a esas formas comunicativas existe un sinnúmero de mensajes que saturan la ciudad de textos escritos y de registros visuales tales como denominaciones e identificaciones de calles, parques, lugares históricos, edificios, indicaciones y señalizaciones para el tránsito de automóviles y la circulación peatonal, horarios, reglamentaciones, normas, leyes, numeraciones de casas y vehículos, etc.
Esta puesta en escena por y para la mirada instala un entramado discursivo del que no somos todo el tiempo conscientes, pero al que estamos irremediablemente expuestos en el medio urbano.